En 1960, cuando prácticamente se daba por muerta la industria motociclista alemana, BMW definió un hito y lanzó la BMW R 69 S como la máquina de serie alemana más rápida de la época.
En aquella época, 175 km/h era una velocidad que sólo unas pocas motocicletas eran capaces de alcanzar, incluso en el mercado internacional.
El nuevo amortiguador hidráulico de la dirección y el probado chasis de basculante completo proporcionaban un buen control a la BMW R 69 S, incluso cuando se conducía con un comportamiento dinámico.
Los estilistas se esforzaron por dotar a la máquina de un impacto visual distintivo con el fin de diferenciar la motocicleta de los modelos de turismo: ahora también se suministraba asiento doble y pintura blanca (hasta entonces sólo disponible para organismos gubernamentales).
Incorporaba el nuevo sistema de suspensión delantera “Earles Forks” y fue la última serie en ser fabricada en la fábrica de Múnich.
